top of page

O es mutuo o no es

Actualizado: 17 jun 2023


– ¿Por qué no quieres salir?

– Porque tú vas a querer andar… y yo no quiero

– No voy a querer andar, te lo prometo

– Claro que sí, después de dos o tres meses, todas quieren

– No, yo no…

– Bueno, pero que conste que yo no quiero andar


Esta fue la conversación que tuve hace dos años y medio con Oswaldo en una reunión en casa de Pablo, uno de sus mejores amigos.


La realidad es que yo sí quería salir con él, pero no quería andar, básicamente porque yo ya tenía una relación de larga distancia (no me juzgues, andar de lejos es complicado).


La cosa es que yo lo cumplí: salimos 7 meses y nunca quise andar.


El free funcionaba idéntico a que si fuéramos novios pero sin el título, lo cual nos gustaba a los dos.


El no ser “nada” me permitía ir a visitar a mi novio a Sayulita sin que Oswaldo me tuviera que estar llame y llame o yo reportándome y reportándome. “Free” para nosotros significaba que éramos eso: libres.


Evidentemente después de 7 meses desarrollamos “un cariño”, pero sucedió algo que me hizo abandonar la relación sin importar cuánto cariño hubiera.


Por un lado yo sentía que la relación exigía una evolución, misma que nosotros no le queríamos dar, y esa resistencia creaba fricción, a mi parecer más de su lado que del mío; después de todo, yo era la del novio oficial en la playa.


La cosa es que un día no fui a una fiesta a la que lo había prometido alcanzar, y no sólo se enojó, sino que me gritoneó horrible por el teléfono delante de todos sus amigos (lucido el niño y con alcoholes encima, más).


En ese momento le colgué y no volví a saber más de él.


¿Pero qué necesidad, para qué tanto problema?, dije yo.


La cosa es que como a los 3 meses nos vimos una vez (para platicarnos “las novedades”, como dice mi papá); a los 5 meses otra vez, a los 4 meses otra vez y así cada tanto, pero nada súper romántico. La conversación en general era como de: “¿Y cómo te ha ido? ¡Qué bien! ¿Sales con alguien? ¡Ah, qué bien! Sí, yo también salgo con gente pero nada serio. El trabajo, bien, ya sabes. Sí, qué cosa (la noticia de la semana)”.


Sin embargo, en una de esas salidas se me hizo muy sospechosa su actitud. Hice una historia y se escondió como quien acaba de cometer un delito y no quisiese que la cámara del C5 lo cachara. Eso me hizo ir a su Instagram a echar ojo.


Así encontré a Bárbara.


¿SIEMPRE SÍ QUERÍA?


Lo primero que pensé cuando vi que la foto del perfil de Bárbara en Instagram era de ella con Oswaldo muy abrazados fue: “Mira cómo da vueltas la vida, Oswaldo sí quiso andar con ella y conmigo no. Yo creo que porque es más joven” (¡claro!, porque esa es mi inseguridad favorita, la fucking edad).


Sin embargo, cuando recordaba nuestra pláticas, nada me hacía sentido.


Sea como sea, recientemente me fui a cenar con Oswaldo y me contó que ya no andaba con Bárbara (en otro post te cuento cómo le dije que ya sabía que andaba con ella).


– ¿Por qué ya no andas?

– Porque nunca quise andar, fue ella la que insistió

– ¿Cómo?

– Desde que empezamos a salir le dije ‘Tú vas a querer andar y yo no quiero’

– ¿Dónde he oído eso antes?

– ¡Exacto! Sigo sin querer, pero ella insistió, entonces dije ‘Bueno, OK’

– ¿Y luego?

– Pues horrible, porque yo a los 2 meses quería “cortar” pero ella decía ‘Viene mi cumpleaños, piénsalo y después de mi cumpleaños tomas una decisión’; luego ‘viene el Puente del 20 de noviembre, vámonos a Teques y después tomas una decisión’; luego ‘viene Navidad, ¡ni modo que cortemos en Navidad’; luego Año Nuevo, luego mi cumpleaños. Total, se la pasaba posponiendo la ruptura, hasta que le dije ‘¿Sabes qué? Llevamos así casi 2 años y yo sigo sin querer andar, estamos perdiendo el tiempo. Mejor ya hay que parar esto y sigamos cada quien su camino’.


– Órale, le dije mientras le daba un traguito a mi agua natural con dióxido de cloro


– Además tomaba fotos de todo, yo tan privado que soy, no soportaba que todo el tiempo estaba subiendo fotos de lo que estábamos haciendo, lo que estábamos comiendo, ¡todo lo publicaba! Pero ya, no quiero hablar mal de ella. ¡Salud!


A lo que quiero llegar con esta historia es: ¡¿cuántas veces hemos sido Bárbara?!


No aceptamos un ‘no’ por respuesta y creemos que esa insistencia es símbolo de empoderamiento, amor y/o determinación. Quizá incluso lo vemos como un reto: “Voy a hacer que se dé cuenta de que sí quiere andar conmigo, sólo necesito unos meses para demostrárselo, para que lo vea, lo sienta y se convenza”.


O ES MUTUO O NO ES


La lección que me gustaría transmitirte a través de Bárbara –porque yo también he estado ahí– es que a fuerzas ni los zapatos entran. Si alguien dice, expresa o comenta que NO quiere algo, hay que creerle y asumir que en efecto no quiere eso, y entender que no tenemos porqué obligarlo.


Como dice mi papá: “El pez muere por su propia boca”. ¡¡¡LA GENTE SOLITA NOS DICE CÓMO ES, QUÉ QUIERE Y QUE NO, QUÉ LE GUSTA Y QUÉ NO!!! Lo único que tenemos que hacer es escuchar y tomar nota pa’ cuando se ofrezca.


Entonces, querida Bárbara, no es que no seas suficientemente (bonita), (guapa), (inteligente), (joven), (sexy), (fértil), (rica), (pobre), (luchona) o (inserta aquí tu inseguridad favorita) ________. ¡El problema no eres tú! ¡El problema tampoco es él! El problema es que no quieren lo mismo en la vida.


Tú quieres andar y él no, punto.


Bárbara no es mi amiga, así que no le puedo decir esto, pero si conoces a una Barbie en el mundo, mándale este post pa’ recordarle que es perfecta como es y que no tiene necesidad de rogarle a nadie para que la acepte, la quiera y la valore.


No tiene porqué insistirle a nadie –por más guapo, inteligente y rico que sea– que por favor la quiera como novia.


Sólo para que lo sepas: las mujeres podemos ser felices solas, podemos realizarnos solas, no necesitamos a los hombres para trascender. En cambio ellos sí (en otro post te explico lo que dice la Kabbalah al respecto), así que deja que el elegido para ti te encuentre. Y lo que es mejor: te encuentre sola para invitarte a salir, porque si ya estás ocupada con alguien que ni te quiere ni te valora, pues te vas a quedar como el perro de las 2 tortas. Infeliz por un lado y amargada por el otro.


Así que suelta y confía en el destino.


Ahí viene.


Y si no viene, también está bien.


Nuestra paz no depende (o al menos no debería depender) de una relación, ni de un hombre, y menos de un hombre no quiere estar en una relación con nosotras. ¡Así que suéltalo! Déjalo ir con flores y vive tu vida como si fuera el último día, porque nunca sabemos cuándo sí lo será.


Te lo digo por experiencia.

2 comentarios


Invitado
31 mar 2023

Ufff totalmente cierto, a veces cuesta darse cuenta, estar sola en increíble, disfrutar de tu libertad 🗽, y bueno si hay que esperar, a esperar se ha dicho., Tiempo al tiempo,para que llegue esa persona correcta 😃☺️❤️🌷.

Me gusta

Invitado
30 mar 2023

jajajaj!!! excelente!!!

Me gusta

Blog

Productos Destacados

Únete a la comunidad Astral y recibe todo los Astrotips más importantes del mes

¡Felicidades! Tu camino para manifestar la vida de tus sueños comienza aquí

Icons (27).png

Universo Loveria

Astro Guías

Consultas

No tenemos productos para mostrar en este momento.

Todos los derechos reservados para Loveria Secrets 2023.

bottom of page